Viriya, esfuerzo correcto

Estoy segura de que, a lo largo de tu vida, te has esforzado en multitud de ocasiones. Puede ser que, cansada de esforzarte, haya llegado un momento en que hayas decidido, de alguna manera, «abandonarte». Por eso, en este artículo te voy hablar de viriya: el esfuerzo correcto. 

Escribe Isabel Ward para Yoga en Red

 

 

¡Ojo! He dicho ‘correcto’. Es decir, la forma de usar toda la voluntad, la fuerza y la motivación que posees para lograr tus fines a pesar de las dificultades que, sin duda,  encontrarás en el camino.

 

Sí, sí, has leído bien, espero ayudarte a vencer a esas voces que no paran de crear confusión en ti diciéndote: ¡estoy harta de esforzarme! ¿nada puede resultar sencillo?  El esfuerzo está presente en todo en nuestras vidas y por eso es importante emplearlo con sabiduría.

Viriya: esfuerzo correcto

Quizás pases por alto la justa medida de tus propias fuerzas. Pues precisamente en eso consiste viriya: un esfuerzo sano. Sin él, a menudo hay un desgaste innecesario que agota. Ya entiendes por qué a veces sientes desgana y apatía.

 

Virjá o viriya es una palabra pali que significa esfuerzo y energía. Nos invita a darnos cuenta de la fortaleza que poseemos y de cómo la empleamos con el fin de usarla eficientemente en la dirección adecuada.

 

En el budismo viriya es la fuerza espiritual que conduce a la liberación. Entre otros aspectos es el sexto eslabón del Noble Óctuple Sendero y una de las cualidades a cultivar (paramitas) para cambiar patrones de pensamiento y comportamiento.

 

De forma complementaria, el yoga habla del equilibrio entre prana apana que son conceptos referentes a la energía vital. Prana es lo que nutre y apana es lo que purifica.

Ambas corrientes nos invitan a prestar atención a nuestro interior. Es decir, a nuestras mentes y corazones. Por un lado, pretenden que nos demos cuenta de qué actividades nos benefician y cuáles nos dañan. Por otro lado, si la forma en la que realizamos nuestros actos mantienen una mente equilibrada y calmada.

Reconociendo mi capacidad para el vigor o para la distracción y el letargo, yo aspiro a usar mi energía para mi beneficio a largo plazo y para el bienestar de otros.

Ajahn Amaro

Cuatro formas de esfuerzo correcto

El  corazón del esfuerzo correcto es la forma en la que diriges tu mente para que le otorgue el mayor beneficio a tu vida. Buda hablaba de cuatro formas diferentes de trabajar con nosotros mismos:

 

1.Prevenir: el esfuerzo por mantener libre la mente de tensión. Por ejemplo, salir de casa antes para no ir con prisa y tensión a las citas.

 

2. Abandonar: el esfuerzo por relajar los apegos, miedos, odios y enojos. Por ejemplo, cerrar la boca antes de soltar una palabra que pueda iniciar una discusión acalorada.

 

3. Propiciar: el esfuerzo por desarrollar, cultivar y nutrir todo lo contrario, o sea, todo aquello que es provechoso para nuestra vida. Por ejemplo, hacer yoga, meditar… Por cierto, en este otro artículo te enseño «cómo empezar a meditar».

 

4. Mantener: el esfuerzo por mantener en nuestra mente estos saludables estados. Para ello debes de darte cuenta de los momentos buenos y luego prevenir «el descenso de la ola».

 

Estos cuatro esfuerzos protegen y mejoran la calidad de tu vida interior. ¿Sabías que tu vida interior es el activo más importante que posees? Ni más ni menos, es el corazón que da sentido a tu vida.

¿Te esfuerzas o fuerzas?

Aunque el objetivo de tus esfuerzos sea adecuado, puede ser que la forma en que la que te estés esforzando no lo sea. Presta atención a cómo empleas la energía: ¿te esfuerzas o fuerzas? A mí me llevó mucho tiempo darme cuenta de que el modo en que conducía mi práctica personal era forzada. Tenía tantas ganas de sentirme realizada que me esforzaba tanto que me agotaba, y había días en los que me volvía agresiva o dura conmigo misma. Hasta que me desgasté y me comporté a veces demasiado pasiva, permisiva o perezosa.

 

El esfuerzo adecuado es recorrer el camino del medio, la vía media entre obligarse a hacer y pasar olímpicamente de ello. Y depende de la circunstancias. A veces es conveniente hacer un esfuerzo heroico. Otras un toque muy sutil es suficiente. Incluso hay ocasiones en que el esfuerzo adecuado es hacer nada. Por tanto, requiere prestar atención para ver con claridad y darnos cuenta de cómo son las cosas en realidad, en vez de creer las historias que nos cuenta nuestras mentes confundidas. No sé si me explico correctamente…

 

Bueno, seguro que lo entenderás cuando leas la historia de Srona.

La satisfacción radica en el esfuerzo, no en el logro. El esfuerzo total es la victoria total.

Gandhi

La historia de Srona

El budismo emplea metáforas para explicar sus enseñanzas. Para el ‘esfuerzo correcto’ nos cuenta la historia de uno de los discípulos del Buda, Srona, y dice así:

 

«Había un discípulo del Buda que se llamaba Srona. Era un hombre joven de delicada salud y había nacido en una familia rica. Se había entregado en serio a la tarea de alcanzar la iluminación como su gran maestro: Buda, el iluminado. Se esforzaba tanto que sus pies sudaban sangre. Buda sintió compasión por él y mantuvieron una conversación:

 

Buda: Srona, hijo mío, ¿no has estudiado en tu casa cómo tocar el arpa?

Srona: Sí, Buda, sé tocar muy bien el arpa.

Buda: ¿Cómo haces para que la música suene de forma melódica? ¿Tensas la cuerdas?

Srona: ¡No! Si tensas mucho las cuerdas, estas se rompen y el arpa no suena.

Buda: Entonces, ¿tienes que dejarlas flojas?

Srona: ¡No! Si las dejas muy flojas, no vibran y no emiten la nota adecuada.

Buda: Entonces sabrás que el arpa no puede crear música si sus cuerdas están demasiado tensas o flojas. Han de estar ni flojas ni tensas. Esforzarse por la iluminación es como afinar el arpa. No se alcanza la iluminación haciéndose el perezoso, como tampoco se alcanza si se tensan demasiado las cuerdas de la mente. Hay que tener consideración en todo y actuar con sabiduría».

Para terminar, escucha tu voz interior

El silencio es el mejor lugar para encontrarnos y escuchar a nuestro corazón, para recordar lo que realmente estó motivando nuestros actos. Para darnos cuenta de si detrás de los intentos que hacemos se esconde una búsqueda de aceptación o aprobación del otro, una huida del miedo a defraudar o al rechazo, o si simplemente hemos olvidado el motivo por el cual iniciamos un camino que empezamos con tanta ilusión. El silencio es el lugar para preguntar ¿por qué estoy haciendo esto?, ¿en el fondo, por qué realizo esta actividad?